¿Es diferente el sexting que el coqueteo en persona?
¿Ver pornografía cuenta como engaño? ¿Y qué hay de inscribirse en un sitio web de infidelidad (como Ashley Madison), pero sin llegar a hacerlo?
Parece que los canadienses tienen pequeñas pero importantes diferencias cuando se trata de engañar, y dónde ponen el límite.
«Los canadienses están de acuerdo, en su mayor parte, en lo que constituye el engaño», dijo Quito Maggi, presidente de Mainstreet Research, autores de una encuesta publicada el jueves sobre el amor y las relaciones.
«Pero hay algunas cosas en las que los canadienses no están de acuerdo, y cuando lo están, la differencia cae principalmente entre líneas de género». El 17% de las mujeres canadienses, por ejemplo, creen que ver pornografía constituye un engaño, frente al 9% de los hombres canadienses que piensan lo mismo.»
No es lo mismo que Bill Clinton negando que la felación cuente como sexo – pero ¿visitar un club de striptease cuenta como infidelidad?
En el caso de los hombres y las mujeres canadienses, las respuestas son bastante parecidas: El 17% de los hombres dice que sí, frente al 19% de las mujeres.
Mainstreet Research
Mainstreet Research y Postmedia realizaron la encuesta el lunes, encuestando a 2.459 canadienses. El sondeo se produce tras el escándalo de Ashley Madison, en el que unos piratas informáticos que se autodenominan Impact Team divulgaron montones de datos sobre la empresa, incluidas las direcciones de correo electrónico de los usuarios.
Según el 74% de los hombres y el 80% de las mujeres canadienses, el mero hecho de registrarse en un sitio como Ashley Madison es un engaño.
El coqueteo, por su parte, adquiere un tono diferente cuando se hace a través de un texto. Sólo el 37% de los hombres y el 40% de las mujeres canadienses consideran que el coqueteo en persona es un engaño, pero esa cifra se dispara cuando se pasa al sexting. Los hombres y las mujeres canadienses tienen la misma opinión sobre el sexting: El 79% cree que es un engaño.
La encuesta de Mainstreet Research también reveló que, en general, los canadienses son un pueblo leal. Sólo el 13% de los hombres y el 8% de las mujeres admitieron haber engañado a su cónyuge o pareja. (Sin embargo, el 13% de los hombres y el 6% de las mujeres se negaron a responder a la pregunta).
Pero somos más los que lo hemos pensado: el 23% de los hombres y el 20% de las mujeres han «considerado seriamente» engañar a su cónyuge o pareja.
Según una encuesta de 2014, es posible que nos convenga engañar: Una encuesta del Banco de Montreal descubrió que las parejas canadienses pueden estar más dispuestas a perdonar a un cónyuge infiel que a pasar por alto los problemas de dinero. Esa encuesta encontró que las peleas por dinero serían su principal razón para el divorcio (68%), seguido por la infidelidad (60%) y los desacuerdos sobre la familia (36%).